“La música es la marea que amarra

lo que es distinto”: Houston Person

A sus 88 años, el saxofonista estadounidense ha cultivado una particular experiencia en el 'soul jazz', ha grabado más de 75 álbumes y su trabajo fue galardonado con el Eubie Blake Jazz Award en 1982. ARCADIA charló con él, después de su presentación en el Festival Barranquijazz.

 

2018/09/17

POR RICARDO DÍAZ ELJAIEK

 

Durante cinco días, Barranquilla fue un crisol de jazz mundial en el Caribe. Por el festival Barranquijazz, que se tomó desde el 12 hasta el 16 de septiembre el Teatro de la Universidad del Atlántico y el Salón Jumbo del Country Club, pasaron desde el ensamble New York Round Midnight de Holanda y la celebrada músico portuguesa Sara Tavares, hasta Ismael Miranda, Pablo Milanés y, por primera vez en Colombia, la leyenda del saxofón tenor Houston Person.

 

Person, de 88 años, ha cultivado una particular experiencia en el soul jazz, ha grabado más de 75 álbumes y su trabajo fue galardonado con el Eubie Blake Jazz Award en 1982. ARCADIA charló con él, después de su presentación en Barranquilla, sobre el festival, sus particulares experiencias en el mundo del jazz y su visión filosófica sobre la música.

Usted comenzó tocando el piano y luego labró casi toda su carrera profesional como saxofonista. ¿Siempre supo que quería interpretar ese instrumento?

 

Bueno, mis padres me compraron un saxofón para Navidad. No pensé que me gustaría tanto como me gustó. Estaba practicando muchos deportes en esa época y, después de un periodo de haber estado en una banda —ya sabes, una banda de secundaria—, empecé a tocar más música. Siempre sentí un gran amor por la música. Cuando mi banda tocó en la graduación, tuve un momento definitivo. Dije: “eso es lo que quiero hacer: tocar música, toda la música que pueda”.

 

¿Cómo ha sido su experiencia conociendo el mundo a través del jazz? ¿Cómo siente que han recibido las audiencias sus ritmos?

 

Intento tocar música que sea significativa, que quede en el recuerdo de las personas, y tratar de mantenerla accesible para que todos entiendan lo que hago. La gente quiere escuchar mi música porque escuchan sus recuerdos: lo que pasaba cuando crecían, alguien a quien amaban antes o ahora. Me gusta mantener un poco de espiritualidad: ese soy yo.

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¿De qué manera siente que la confluencia cultural de una ciudad como Barranquilla puede influenciar la recepción de su música?

 

Es agradable cuando las culturas se pueden derretir y mezclarse en una sola, en algo nuevo. Eso es lo que yo siempre encuentro en América del Sur y el Caribe: muchas influencias se unen en algo completamente nuevo. Es como si la música fuera de la gente. Y mi música es feliz: mucha de ella proviene de tiempos coloniales, cuando las cosas no eran tan buenas para ninguna de las culturas. Todo venía de un lugar distinto. Entonces, a través de los años, los países se volvieron cada vez más libres; eso mismo pasó con la música: ya no era tanta la tristeza y la rabia que había allí, se volvió una música feliz. Pero esas remembranzas siempre permanecen. Me gusta pensar que la música es la marea que lo amarra a uno y que amarra lo que es distinto. En los Estados Unidos pasó la misma cosa. Encuentras que todos cantan sobre lo mismo, a pesar del contexto de donde vengan. Los músicos del jazz partieron de la música gospel, pero yéndose más a lo secular. Algo similar pasa con el jazz y el blues. Es un gran crisol.

 

¿Qué le gusta hacer cuando no está tocando?

 

Descansar (risas) y jugar Scrabble. Siempre he sido un jugador de Scrabble.

 

¿Qué les diría aquellos que sienten que el jazz es solo para unos cuantos iniciados?

 

Les diría que todo es asequible: la música es una gran fuerza en la vida de todo el mundo. Si lo tomas como el trabajo de tu vida, sea un hobby o una profesión, de seguro expandirá tu mente. No debes pensar en términos de carencias de oportunidades, pues la música, sea cual sea, es una gran fuerza. Ni siquiera necesitas un instrumento: la voz es el primer instrumento musical que existió. Si escuchas raperos, la música indígena, ellos usan instrumentos diferentes; lo mismo con la música africana o la música latina. Hay muchísimas cosas detrás. No hay excusa para no abrirse a él, eso es lo que estoy intentando decir (risas).

En épocas de máquinas e industria, ¿qué le gustaría hacer para ver más jóvenes en la calle desarrollando empatía por el arte y la música?

 

Es una labor de los padres que sus hijos estén expuestos a todo tipo de arte. Sea visual o auditivo, les toca a ellos asegurarse de que las escuelas le den un espacio al tema. Como digo, es una forma de expresión que tiene el hombre. No necesitas trabajar en música para ser un profesional, la necesitas en realidad para expresar tus pensamientos. Algunos niños logran entenderla, puesto que sus padres hacen énfasis en las áreas correctas. Existen equipos de fútbol, sinfonías, ballet, tienen de todo, así que los padres se tienen que asegurar. Están pagando por eso y esa plata está yendo a algún otro lado, si no se aprovecha.

 

¿Cómo cree usted que sería el mundo sin jazz?

 

No quiero dejar la pregunta solo en el jazz: la ampliaría a "si no hubiese música". Esto es comparable con la exposición que tengan las personas a la música. Estaba leyendo un libro, no recuerdo quién lo escribió, pero estaban diciendo que en otros tiempos todos nuestros líderes militares habían estudiado música, porque todo el mundo recibía clases de música en el colegio. Hace como 30 o 40 años, todos estudiaban “apreciación musical”. No necesitabas ser un profesional: tan solo escuchar algo de música clásica. Ya no se aprende eso.

Si todo el mundo tuviera acceso a la música, habría más compasión en el mundo y nadie pensaría en las peleas como una primera opción. Sería, de hecho, la última: todo el mundo baila, se divierte. Nadie quiere pelear (risas). Todos seríamos felices. Hagamos el amor, no la guerra, bailemos algo de disco. Todo el mundo se divertiría, y no solo con ese tipo de música. Imagínalo con música clásica: todos sentados disfrutando o también disfrutando del ballet. Habría muchísimos otros beneficios. Cuando la gente empiece a bailar más, la pregunta se preguntaría más: "¿Por qué estábamos peleando?".

 

Tomado del portal web de la Revista Arcadia

https://www.revistaarcadia.com/musica/articulo/la-musica-es-la-marea-que-amarra-lo-que-es-distinto-houston-person/71062

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